Las células pasan cerca de
90% de su existencia en una etapa conocida como interfase. Dado que las células
funcionan de manera más eficiente y confiable cuando son pequeñas, la mayoría
de las células llevan a cabo tareas metabólicas regulares, dividiéndose, o
muriendo, en lugar de simplemente aumentar de tamaño en la interfase. Las
células se “prepararan” para la división mediante la replicación del ADN y la
duplicación de los centriolos basados en proteínas.
Las células se dividen y
se reproducen de dos maneras: Mediante la mitosis
y la meiosis.
La mitosis es un proceso de la división celular que da lugar a dos
células hijas genéticamente idénticas en desarrollo a partir de una sola célula
madre. La mitosis es utilizada por los organismos unicelulares para reproducirse (son genéticamente
idénticas a sus padres); también se utiliza para el crecimiento orgánico de tejidos, fibras y membranas. En la mitosis, una célula hace
una copia exacta de sí misma. Este proceso es lo que está detrás del
crecimiento de los niños en adultos, la curación de heridas y moretones, e
incluso la regeneración de la piel, las extremidades y apéndices en los
animales como lagartijas y lagartos.
La meiosis, por otra parte, es la división de una célula germinal que
implica dos fisiones del núcleo, dando lugar a cuatro gametos, o células
sexuales, cada una con la mitad del número de cromosomas de la célula original.
La reproducción sexual utiliza el proceso de la meiosis para aumentar la
diversidad genética. Las células germinales creadas durante la meiosis son
diferentes de las de sus células madre. Algunas mutaciones con frecuencia se producen
durante la meiosis. Además, las células germinales tienen un solo juego de
cromosomas, por lo que se requieren dos células germinales para hacer un
conjunto completo de material genético para la descendencia. Por lo tanto, la
descendencia es capaz de heredar los genes de ambos padres y sus cuatro
abuelos. La diversidad genética hace que una población sea más resistente y
adaptable al entorno, lo que aumenta las posibilidades de supervivencia y
evolución en el largo plazo.